
Cloudflare registró recientemente el considerado mayor ataque DDoS de la historia, al alcanzar un máximo de 22,2 terabits por segundo (Tbps) y 10.600 millones de paquetes por segundo (Bpps). El dato, jamás registrado anteriormente, sigue a los sucedidos en semanas anteriores de 11,5 Tbps y 5,1 Bpps, los mayores anunciados públicamente hasta ese momento.
Como sabes, los ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS) sobrecargan los recursos computacionales del sistema atacado hasta dejarlo inaccesible. Saturación mediante grandes flujos de información desde varios puntos hasta dejar los servidores fuera de servicio. Este tipo de ataque no ha parado de crecer, al igual que el Ransomware y el Phishing.
El ataque DDoS registrado por Cloudflare es importante ya que la plataforma en septiembre de 2025 aproximadamente el 19,8 % de los sitios web la utilizaban como proxy inverso. En su punto máximo, el enorme ataque DDoS midió una friolera de 22,2 terabits por segundo (TB/s) de actividad de red, superando ampliamente el récord anterior de 11,5 TB/s de hace tres semanas.
El último incidente DDoS, también volumétrico, duró solo 40 segundos, pero es de lejos el mayor jamás mitigado. A pesar del breve período del ataque, el volumen de tráfico dirigido a la víctima fue enorme, aproximadamente equivalente a la transmisión simultánea de un millón de videos 4K.

La velocidad de paquetes de 10,6 Bpps se puede traducir a aproximadamente 1,3 actualizaciones de páginas web por segundo por cada persona en el planeta. El gran volumen de paquetes hace que sea especialmente difícil para los firewalls, enrutadores y balanceadores de carga procesar las solicitudes, incluso si el ancho de banda total es manejable.
Aunque Cloudflare no ha compartido demasiados detalles sobre los últimos dos ataques DDoS, la división de investigación XLab de la empresa china de ciberseguridad Qi’anxin atribuyó un ataque DDoS de 11,5 Tb a la botnet AISURU.
Según los investigadores, AISURU ha infectado más de 300.000 dispositivos en todo el mundo, con un aumento repentino que se produjo en abril de 2025 después de la vulneración de un servidor de actualización de firmware del enrutador Totolink. La botnet también ataca vulnerabilidades en cámaras IP, DVR/NVR, chips Realtek y enrutadores de T-Mobile, Zyxel, D-Link y Linksys.
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