Google Shopping es, y lo pienso desde hace mucho tiempo, una de las funciones más interesantes que ofrece el buscador. Y es que muchas personas, entre la que me incluyo, utilizamos esta función cuando estamos pensando en efectuar una compra, con el fin de encontrar las ofertas más competitivas, algo que suele funcionar bastante bien y, al final, traducirse en el ahorro de algunos euros. Sin embargo, a tenor de lo que publica hoy BBC News, parece que ve va a ser necesario aumentar el nivel de los filtros antifraude personales cuando revisamos las ofertas que se nos muestran ahí.
Concretamente, la noticia se hace eco de una denuncia sobre los resultados de Google Shopping que, en los últimos días, apuntaban a la supuesta tienda online MyTechDomestic (los resultados ya no se muestran en el buscador y la web ya no está disponible), un servicio que, ya desde el principio, tenía algunos elementos que incitaban a la sospecha. Pese a ello, y como podemos ver en su perfil en Trustpilot, la visibilidad obtenida gracias a la inserción de sus anuncios en Shopping ha servido para que los ciberdelincuentes hayan logrado hacerse con unos cuantos cientos de euros.
Son varios los ganchos que emplearon los operadores de MyTechDomestic. En primer lugar la elección de los productos que ofertaba no era casual, pues en bastantes casos ofrecía productos sobre los que actualmente existe más demanda que oferta y, por lo tanto, no son sencillos de conseguir. Un ejemplo claro de ello es la videoconsola Nintendo Switch (no la versión Lite), un dispositivo que no está 100% agotado, pero que a día de hoy no se puede encontrar en comercios (tanto online como físicos) en los que sí cabría esperar su presencia. La tienda falsa afirmaba disponer de unidades.
Para hacer el cebo todavía más dulce, anunciaban un descuento del 18% sobre el precio base, haciendo que el usuario no solo se considerara afortunado por haber encontrado el producto gracias a Google Shopping, sino también por la oferta de la que se iba a beneficiar. ¿Y cuál era la llamada a la acción inmediata (no reflexiva) del usuario? Un clásico: últimas unidades a la venta. De esta manera, el usuario se veía en la tesitura de escoger entre dedicar un tiempo para valorar la seguridad del tiempo y exponerse a perder la oferta, o arriesgarse y hacerse con el deseado producto.
Y en ese punto llegamos a la fase de compra. Pese a que en la web se mostraban los logotipos de Paypal, Visa, etc., llegado el momento de efectuar el pago llegaba la sorpresa (y un indicador fiable de que el sitio no es fiable): solo se permitía el pago mediante transferencia bancaria. En este punto muchos usuarios son llevados al límite, con los recelos tirando en una dirección y las ganas de tener el producto en la contraria. De no ser por el apremio, muchos más habrían dedicado unos minutos a informarse sobre la tienda, pero la prisa suele ser mala consejera. Y hay otro punto importante que aún no he mencionado, y tiene que ver con Google Shopping.
En este caso, lo que más ha jugado en contra de los afectados por este scam ha sido, indudablemente, el empleo inadecuado de Google Shopping. Todos entendemos que para que un anuncio llegue ahí, previamente ha pasado una serie de filtros que lo legitiman. De alguna manera, y aunque Google aclare que no tiene relación directa con los anunciantes y que no los avala de ninguna manera, muchos usuarios no llegan a ser conscientes de ello. Dicho de otra manera: que Google lo muestre «ahí» es un (falso) aval de seguridad para muchos usuarios. Y como siempre que confiamos en exceso en una fuente de autoridad, dejamos abiertas muchas puertas.
Esto, por otra parte, ni es algo nuevo ni afecta exclusivamente a Google Shopping. Es más, por experiencia propia (aclaro que es eso, y por lo tanto opinión personal, no una realidad absoluta), hay otras plataformas que son aún más proclives a ser empleadas para realizar scams. Mientras estaba escribiendo esta noticia, mi madre (que ya es una experta cazadora de scams), y que suele entrar diariamente a Facebook, me ha enviado esta imagen, preguntándome entre risas cuántos quería:
Google Shopping tiene un problema, pero es compartido con otras muchas tecnológicas que ofrecen algún tipo de soporte al comercio online. Y no tiene fácil solución, me temo, así que sigue siendo responsabilidad de los usuarios-clientes andar con pies de plomo en sus compras a través de Internet.
Imagen: kafka4prez
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