Las últimas semanas, como consecuencia de la pandemia, las redes VPN han cobrado una enorme relevancia. Y es normal, puesto que el confinamiento al que nos hemos visto abocados a escala global ha provocado, entre otras cosas, un crecimiento nunca visto del teletrabajo. Muchas empresas que hasta ahora eran reacias al trabajo no presencial, han tenido que asumir que era esto o el cierre. Ahora bien, ¿cuál era la situación de este sistema para proteger las comunicaciones antes de la llegada del coronavirus?
Para responder a esa pregunta, Top10VPN y GlobalWebIndex, un interesante informe al respecto. En el mismo podemos averiguar tendencias, implantación en países, múltiples segmentaciones (edad, clase social, etcétera), principales motivaciones para emplear este tipo de servicios… Un gran volumen de información del que, por su interés, vamos a tomar algunos puntos interesantes, y a analizar la importancia que pueden tener en lo relacionado con la seguridad. Hay buenas y malas noticias.
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El primer dato en el que nos fijamos es el relativo al uso de redes VPN en España. Una primera lectura, al ver que España ocupa la posición 27 de 42 países, con un 24% de los usuarios de Internet empleando conexiones seguras en comparación con el número uno de la lista, Indonesia, donde alcanzan el 61%, es que nuestra posición está un tanto rezagada. Sin embargo, si seguimos analizando la tabla, vemos que bajar hasta la posición 17 para encontrar un país de nuestro entorno, Suiza, con un 28%. En el contexto europeo nos encontramos en la media, por encima de Alemania, Francia y Reino Unido entre otros.
Esto ya nos da una indicación clara de que la principal motivación para emplear redes VPN no tiene tanto que ver con la seguridad del dato, como con la privacidad y, sobre todo, la opacidad de cara a sistemas de censura y represión. En nuestro entorno, indudablemente, esa preocupación no tiene tanto peso (si bien sí que hay determinado tipo de acciones en las que sí que aparece), razón por la que el porcentaje en países occidentales es muy inferior al que encontramos en el sudeste asiático, países árabes, etcétera.
Por generaciones sí que se observa una importante evolución, en la que los más jóvenes son los que más apuestan por las conexiones VPN. Por generaciones, Baby boomers (16%), Generación X (25%), Millenial (36%) y Generación Z (39%). Esto nos indica que, a medida que Y y Z vayan ganando presencia en los entornos laborales, al tiempo que boomers y X lo vayan abandonando, es bastante probable que veamos un incremento en su uso en empresas, algo que sin duda resulta bastante positivo.
En cuanto a las motivaciones, por orden son la privacidad en redes wifi públicas (51%), acceder a la web de manera anónima (44%), tener comunicaciones más seguras (37%), acceder a contenidos restringidos (sitios de descargas, torrents, streams y similares) con bloqueos judiciales y similares (23%), acceso a contenidos con restricciones geográficas (22%) y acceder a sitios, archivos y servicios durante el trabajo (22%).
De esto se extrae una conclusión que no es tan positiva, y es que se observa que la privacidad importa mucho, pero la seguridad del dato no tanto. Dicho de otra manera, nos preocupa que se pueda saber qué hacemos, pero no tanto proteger nuestra información. De esto se deduce que, parejo al crecimiento en el uso de las redes VPN, deberían producirse movimientos para concienciar, más aún, de la importancia de la seguridad en las conexiones.
Fuente:https://www.muyseguridad.net