Un estudiante alemán de 20 años ha sido detenido por el hackeo a políticos alemanes, periodistas y celebridades del mes de diciembre, uno de los peores sucesos de este tipo sucedidos en el país.
El joven ha admitido el robo de datos y su publicación en Internet. Según la fiscalía alemana, “dice que actuó solo al obtener ilegalmente información y publicarla”. Hasta el momento no hay indicios de que otras personas o grupos hayan estado involucrados, aunque se está analizando un portátil, almacenamiento externo y otro equipamiento informático requisado.
El joven dijo “estar molesto por las declaraciones públicas hechas por políticos, periodistas y personalidades públicas” para explicar el robo de datos. Aunque la información adquirida ilegalmente pertenecía a legisladores de todos los partidos del Parlamento alemán con excepción del ultraderechista Alternativa para Alemania, no se ha encontrado “prueba concreta alguna de una motivación política particular”, comentan las autoridades.
Sin antecedentes penales y sin especiales conocimientos en computación o ciberseguridad, no se ha detallado como el acusado pudo robar datos personales de 1.000 personas públicas, incluida la canciller Angela Merkel y políticos de todos los partidos excepto el mencionado de ultraderecha.
Conocido en Twitter como “G0d”, publicó en el sitio de microblogging datos personales y financieros, números de teléfono, chats privados y cartas, algunos datos de tarjetas de crédito, direcciones y copias de los documentos de identidad de las víctimas. De ser hallado culpable podría ser condenado a tres años de cárcel.
En una de las violaciones de datos más grandes de la historia del país, especialmente por la relevancia de las personas afectadas, todavía se está en proceso de eliminar los datos expuestos en Internet. Aunque la investigación no se ha cerrado, no hay indicios de que se haya divulgado información que se considere políticamente explosiva o que incremente los riesgos de seguridad.
La ministra de Justicia, la socialdemócrata Katarina Barley, calificó el robo de datos como un “ataque a nuestra democracia y sus instituciones”. Al tiempo, el impopular ministro de Interior, Horst Seehofer, ha sido criticado por la tardanza en avisar a las personas afectadas en un caso que ha levantado una gran polvareda en Alemania.
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